Abrazos

Jugando de nuevo con los abrazos en nuestra vida

La semana pasada os hablé de los abrazos y de un juego muy sencillo para hacer en casa a través del blog de La Pedagogía Blanca y en ese mismo post os prometí volver por mi blog con el tema de los abrazos. He tardado un poco más de lo que os dije. Lo siento. No se puede estar metido en tantos proyectos…

En fin. Aquí estoy. Dispuesto y preparado. ¿Y tú?

He decidido empezar por la parte teórica, para los escépticos, para los que creen que eso de dar abrazos es un invento nuevo, sucedáneo y sin fundamento científico. Lo digo por aquello que dije en el post ya mencionado anteriormente, acerca de que el cuerpo humano, físicamente, para sobrevivir, necesita una serie de abrazos al día.

La explicación científica, según el doctor Luis M. Labath, estriba en que un abrazo sincero produce una hormona denominada oxitocina, conocida como la hormona del amor, que es un neurotransmisor que actúa en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro, fomentando sentimientos de alegría que reducen la ansiedad y el estrés.

El psicólogo Matt Hertenstein, de la Universidad DePauw, afirma que “la oxitocina es un neuropéptido que básicamente promueve los sentimientos de devoción, confianza y unión».

 

En este otro enlace podrás leer algunas cosas también sobre los abrazos… Lo encontrarás más hacia el final del artículo, en el apartado 4.

Y en el periódico El país también se hicieron eco en cierta ocasión… aunque sigue el mismo patrón del artículo original. También tienes la versión de los abrazos en su punto 4, jeje.

Y así, en diversos sitios, podréis buscar toda la información necesaria sobre las bondades de un abrazo (eso sólo para los qu enecesitan la demostración de todo para su mente cartesiana).

 

Yo hoy os traigo un juego nuevo que hacemos mucho en casa, antes más. Es un juego que nos dio cierta vez Rosa en su local de Las Jirafas saben Bailar.

Lo dejo bien claro porque no sé a quién se le ocurrió el juego en cuestión, pero a mí me lo dio ella, en unas bolsitas muy monas.

Es tan, tan, tan simple como meter en una bolsita (la que dé la gana, hecha por ti, comprada… que no sea de plástico o de la farmacia, porfa, que eso es muy rancio…) un montón de papelitos y que en cada uno de ellos escribas cosas diferentes como:

  • abrazo riendo
  • abrazo con beso
  • abrazo con cosquillas
  • abrazo sin tocarse
  • abrazo de espaldas
  • abrazo viajero
  • abrazo saltando
  • abrazo con los ojos cerrados
  • abrazo sentado

Cada uno saca un papel y lo que le toque, pues es el abrazo que los demás le dan. Vaya, simple, simple… Si fuera algo gastronómico, solo le faltaría el perejil encima.

¿Cuántos más abrazos se te ocurren? En la sección de comentarios puedes poner todos los que quieras. Yo no te he puesto más porque prefiero que desarrolléis juntos la imaginación en casa, o en el aula…

¡¡¡Sorpréndeme tú a mí y dime algunos!!!

Yo sí te diré que nosotros tenemos la bolsita llena de papeles… Y la de buenos ratos que hemos pasado montonoes y montones de noches antes de irnos a la cama son indescriptibles

 

Si quieres saber más de Las jirafas saben bailar, aquí tienes su web.

Y para despedirme de este post sólo se me ocurre decirte que…

¡¡Un fuerte abrazo!!

 

 

5 comentarios en “Jugando de nuevo con los abrazos en nuestra vida”

  1. Pingback: Autoestima en tiempos del coronavirus - Álvaro L. A.

  2. A mi hija y a mi nos gusta abrazarnos y hacer como un baile lento y suave como tipo Arullo es muy reconfortante.
    Como si bailaramos un vals.

  3. Mis hijos y yo una vez cada cuando al mes se turnan y cada uno escoge un día y el día que le toca anda abrazado a mi todo el día haga lo que yo haga y no hay motivo por el cual soltarnos es como un juego, termino sintiéndome como mamá canguro con mis hijos. Otro que nos encanta es dormir abrazados, o abrazarnos en la cama y a pesar de que el mayor ya tiene casi 13 me siento y lo abrazo encima de mi como acunandolo y le fascina, porque se siente que aún no es demasiado grande o más bien que aún es mi pequeño, gracias por tan lindo conmovedor artículo.

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