Álvaro Ledesma Alba

Quién Soy

Desde 1995 he estado trabajando con adolescentes en multitud de ámbitos. Me encanta trabajar con ellos, intentando extraerles o hacerles ver lo mejor que llevan; les ayudo a buscar y a buscarse, más allá de pensamientos que reflejan que la adolescencia “es una etapa insoportable” o “no hay quién lo aguante”.

Soy profesor de secundaria desde 1999, aunque en un centro público desde 2004. En Institutos o centros de Educación he sido profesor, tutor, jefe de estudios, director y hasta conserje (9 meses de PSS). Pero lo que más, profesor, a secas y en calidad de acompañante de mis alumnos. A veces lo he conseguido y en ocasiones no. Durante 7 años he trabajado en un centro de características especiales, lo que, al menos en Andalucía, se llama Centro de compensatoria, con una parte del alumnado bastante conflictivo y de un barrio que en general llamamos chungo.

Entre 2001 y 2003 he sido coordinador del Curso-Taller para la vida en Andalucía, en los que trabajé con personas entre 20 y 70 años a las que se les ayudaba a desarrollar y potenciar su propia creatividad. En esos años fui, además, responsable y guía del área de Oratoria en dicho curso.

También impartí (durante dos cursos académicos) algunas clases de Oratoria Forense en la Escuela de Práctica Jurídica de la Facultad de Derecho de la UMA a alumnos de 5º de carrera o recién licenciados. Mi padre se dedicaba extensamente a lo forense y yo a las prácticas de oratoria.

En un principio, profesor aprendido y sistematizado. Sin pensar en mucho, dejándome llevar por lo que hacen todos. Poco a poco, asqueado con el sistema y aislado en el mundo laboral, decido buscar nuevos caminos, recursos, intenciones y propósitos… En 2006 me topo con sir Ken Robinson en youtube… (ya quisiera habérmelo topado de verdad) y se me abrieron nuevas puertas que nunca sospeché que encontraría. De momento, continúo este proceso en Pedagogía Blanca. Soy Formador en Pedagogía Blanca y considerado como uno de los expertos que imparte alguna clase en su curso. No me encasillo solo ahí. Sigo caminando y avanzando. En constante evolución, con un horizonte, pero sin un rumbo fijo.

En 2013 gané el premio de ensayo Manuel Ramírez Fernández de Córdoba sobre “La cultura del esfuerzo: educación en valores” con mi obra: El esfuerzo, ¿mercantilismo o pasión?

También podrás leer dos publicaciones mías en la Revista Paradigma: en el número 18 y en el número 19 y relacionadas con la educación, claro.

En enero de 2017, junto con mi hermana Carolina, estuve en 2º de Pedagogía de la UMA para charlar con ellos sobre el tema de la evaluación. Fueron dos horas intensas en las que preguntaron mucho y compartimos nuestra visión acerca de otras formas de vivir y entender la educación.

El 16 de febrero de 2017, estuve en el CEP (Centro de Formación del Profesorado) de Málaga para dar una conferencia a la que titulamos: Desmontando el sistema educativo en una clase de Lengua y fue muy provechosa.

En octubre de 2017 disfruté un montón con mi ponencia Mediando conmigo, contigo y con Usted en el III Foro de Mediación Escolar de Valladolid. Por ahí hay un post con la explicación y mis impresiones.

Y el día antes, pudimos compartir un rato junto a otros dos compañeros, en una mesa redonda organizada en la sede malagueña del Banco Triodos. Un regalo de encuentro, la verdad.

Este año, 2018, el CEP vuelve a pedirme mi colaboración. El tema, las alfabetizaciones múltiples en el área de Lengua. Esta vez será con otras compañeros de lujo, como son Aure y Raquel. Hablaré sobre Kahoot, los móviles, qué es innovar y cómo ser innovador cuando las tics no funcionan (que es lo más común).

Recientemente, en noviembre de 2018, he tenido el honor de poder participar en el VIII Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia. Un lujo, no, lo siguiente. No tengo palabras (aunque las encontraré y publicaré) para agradecer a este congreso lo que me ha enriquecido.

Y a finales del mismo mes, el sábado 24, tuve el placer de compartir una mesa redonda con Cristina Consuegra y Ruth de Frutos en el Ateneo de Málaga.

La única norma no negociable en mi aula desde hace un tiempo es no faltar al respeto a nadie, sea alumno o profesor o mosca que se cuela volando por la ventana. Todo lo demás… se habla, negocia y acuerda entre el alumnado y yo. Si mantienes el respeto con el ejemplo y sin miedo mordoriano, el resto de actitudes positivas vienen solas o las puedes ir desencadenando.

Amante del teatro y actor sin formación en diversas obras musicales como José y la túnica de colores, Cats o La Bella y la Bestia.

Me gustan las tertulias, las charlas y conocer cosas nuevas. Siempre aprender.

Con un libro terminado y con la intención de sacarlo a la luz, a la par que otros dos en mente.

Y, sobre todas las cosas, marido feliz y padre de mellizas desde abril de 2007… fecha en que empezaron a gestarse. Son un regalo.

Ser humano, con humanidad, y con enfados, algunos gritos y muchas risas, muchas.

Hola, soy Álvaro Ledesma Alba, (ÁlvaroLA) y en este blog encontrarás multitud de experiencias, materiales, ideas, anécdotas y, tal vez, otras cosas, relacionadas con el amplísimo mundo de la educación, entendiendo educación en un sentido muy amplio, además de mi opinión en algunos temas relacionados. Por suerte, no estoy en posesión de la verdad absoluta.

Por si no lo sabes aún, soy profesor de lengua en secundaria en un instituto de la Junta de Andalucía desde 2004, aunque ya antes había trabajado en otro tipo de centros desde 1999. Además, desde 1995 trabajo con adolescentes en múltiples campos.

La finalidad de este blog, tras pedírmelo algunas personas, es compartir con todo aquel que lo necesite este tipo de habilidades y costumbres con un único fin: que los chicos disfruten de la escuela y su aprendizaje y, en eso, cambiar el sistema educativo desde dentro y siempre respetando el marco legal (y si llegamos a cambiar algunos marcos legales, pues mejor incluso).

Ya sabemos que nuestro sistema educativo hace aguas por todas partes y que tanto profesores y familias, como legisladores, en muchas ocasiones, ni se dan cuenta de que están inmersos en la maquinaria permaneciendo en las mismas construcciones y llevando el proceso educativo de igual forma que hace años, sin ninguna mala intención, solo porque creen que es lo mejor, porque es lo que conocen. Hay que abrir ventanas nuevas que renueven el aire educativo con una brisa cálida a veces o viento fresco otras.

Aquí quiero compartir otras opciones, otra realidad posible en educación, desde mi propia experiencia: dando clase en secundaria. Desde hace tiempo, cuento cosas en mi perfil de facebook (https://www.facebook.com/alvarola/) y parece que a muchas personas les gusta leerlo, vivirlo o, incluso, hasta sentirlo, aunque sea en la lejanía cercana de las redes sociales. Hay posts que han alcanzado a la friolera de 13.000 personas y ni yo doy crédito muchas veces. Y algunas fotos han tenido un alcance que va más allá de las 60.000 personas. ¡¡Sí, has leído bien!!

Y, además, lo he subtitulado en participio porque son cosas ya vividas, son experiencias llevadas a cabo dentro del aula y que he constatado que funcionan, que los alumnos, así, disfrutan más, aprenden más y participan más. Quise utilizar intencionadamente el término “participio” por su carácter verbal (al ser un participio, indica que ya se ha realizado) y por su sentido semántico, por lo que significa (etimológicamente podríamos decir que viene a expresar el hecho de tomar parte en algo).

Espero que te sirva, espero que crezcas y espero que me dejes comentarios para que yo también pueda aprender de ti o, al menos, tener un feedback, un reflejo de tu propia experiencia de la que yo también pueda beber. Sólo compartiendo ideas y experiencias vividas podemos enriquecernos. Si vas a opinar, puedes hacerlo, solo pido respeto, cariño y educación, aunque sea pensando diferente, puedes realizar una crítica constructiva, pero no al revés. Puedo aceptar que no compartas mi visión, pero no que me la destruyas con malos hábitos e insultos.

No pretendo convencer a nadie, solo mostrar una nueva realidad que existe, que pulula como los peces lo hacen en el mar, como dientes de león veraniegos que flotan en el aire en busca de algo más grande.

Gracias por haber llegado hasta aquí, por seguirme y por leerme.

Y si te gusta, gracias por compartir, porque, como siempre he dicho, compartir es vivir.