Acabamos de entrar en este nuevo año, el 2015 y no quería dejar de desear a todos mis lectores una feliz entrada de año, además de pedirles un favor:
si hay algún tema del que queráis que escriba (y si me veo lo suficientemente preparado como para hacerlo), me sería de gran ayuda. En ocasiones no sabe uno realmente qué temas son los que os podrían interesar. Podéis dejar aquí mismo vuestros comentarios y los recojo.
Ya os tengo, no obstante, dos temas preparados sobre la evaluación y los exámenes.
Os dejo, ahora sí, con unas palabras que escribí el pasado 4 de enero en mi facebook. A partir de una serie de ideas que me comentó mi mujer decidí escribir estas palabras, muchas de lasque escribí son de ella misma, yo las ordene simplemente a mi conveniencia y le hice un par de añadidos insignificantes.
A veces, echar de menos a alguien hace que nos infravaloremos hasta límites abisales que ni siquiera hubiéramos sospechado poder llegar.
A veces, una persona se va y nos deja un vacío tal que anhelamos hasta el aire que respira, desfallecemos y queremos incluso morir.
A veces, solo a veces, esa persona nos abandona y causa un dolor de proporciones inconmensurables.
Pero si le damos muchas vueltas, ya no es dolor, es sufrimiento. Al dolor hay que hacerle su duelo y dejarlo ir. Sin más. Puede llevarte un día o un año. Pero si nos seguimos mortificando entramos en el sufrimiento, y éste sí es evitable. Con paciencia, con cariño, con amor, con soledad, con amigos o con una cerveza si es necesario (o 10).
Lo que sí debemos tener claro es que nosotros no somos ese dolor. El dolor viene y debe irse. Nosotros somos mucho más que un dolor. Infinitamente más.
No lo olvidéis.
Jamás.
He visto a mucha gente sufrir este 2014 pasado. Los he visto en persona, por carta, teléfono o facebook.
Recordad que sois mucho más que el dolor. Paciencia y amor.
Os deseo a todos lo mejor para el 2015.
De todo corazón.