Creatividad en la escuela

La escuela mata la creatividad… de quién?

Que la escuela mata la creatividad es un hecho, como decía mi profe Montesinos, evidente, patente, claro y manifiesto. Y desde aquí pido permiso a Sir Ken Robinson para parafrasear literalmente el título de su conferencia.

Ahora bien, que eso de que la creatividad muera sea bueno, malo, regular o yoquesé, es otro hecho que cada cual podrá defender desde una postura u otra. La mía está clara y lo sabéis: anula a las personas en diferentes capacidades, como la de decidir, innovar, abrir su mente… además de la de crear algo nuevo, por supuesto, porque la creatividad no es sólo, como decía un amigo, un «pinta y colorea», no es colorear mandalas… que también, la creatividad es simple y llanamente la capacidad de inventar o crear.

Sin embargo, hay otro aspecto que quería comentar respecto a este tema: los otros miembros de la comunidad educativa y, fundamentalmente, el profesorado.

A veces me he salido de foros, supuestamente respetuosos, en los que se insultaba clara y agresivamente al profesorado o a los mpadres. Foros que pretendían aunar posturas y a la par que establecían más distancias sibilinamente. Foros que olvidan que tanto profesores como mpadres han sido educados, formados y perpetuados en un mismo sistema educativo, social y vital (independientemente de las diferencias sociales o económicas que puedan existir). Es decir, que cada uno tiene sus traumas, como todo dios. Y sólo el que se los ha trabajado personalmente (con ayuda profesional sobre todo) es el que siente un estado de mayor liberación como para ver más allá de sus propias narices.

A lo que voy, que me disperso. O como me decía otro profe mío… «señor Ledesma, que se distrae usted con el bigote de una gamba»… A lo mejor estaba creando, y no distrayéndome. En fin, como dato, odio las gambas. Ni las como ni puedo olerlas siquiera.

Profesorado

En fin, más de una vez he tenido conversaciones con compañer@s de la profesión sobre este tema. La última fue hace unos días, y en la charlita aparecieron frases lapidarias como éstas:

  • Yo ya no soy la que era
  • Yo antes era creativa
  • Ahora, aunque se me ocurran cosas chulas alguna vez, no las llevo a cabo
  • Me han pedido ayuda para hacer algo nuevo, pero paso
  • Me dicen que a ver qué puedo aportar, pero yo ya no estoy para éso.
  • Con la de cosas chulas que yo hacía antes
  • Ahora es que ni me dejan hacer, todo está muy controlado
  • Ya ni las pienso… para qué… ni familias, ni los niños, ni los compañeros lo entienden…
  • Me he convertido en un mercenario: hago mi trabajo concreto y cobro…

Y así, todas las frases que queráis. Es más os invito a que me las escribáis en los comentarios.

Para mí, hay algunas que son especialmente demoledoras, porque reflejan el cómo se ha ido anulando a una persona que disfrutaba de su trabajo, que sus alumnos disfrutaban, refleja una época en la que todo rodaba o, como se dice ahora, fluía. Sin embargo, como si de una peli de Tim Burton se tratara, todo se ha vuelto gris ceniciento, lánguido y tristón. Al menos en la parte visible por todos.

Decenas de compañeros que se han vuelto mercenarios porque tienen que sobrevivir

en un mundo en el que fueron castrados. Son zombies laborales. Y no, no se les puede echar toda la culpa y responsabilidad encima. Lo siento, pero aquí, hoy, pienso enarbolar la bandera en defensa de muchos profes que siendo fantásticos y maravillosos, de repente, dejaron de serlo en cuanto les robaron lo más valioso que tenían: su creatividad y su libertad responsable. Algunos han sabido reinventarse, otros medio se arrastran para que no los pisoteen del todo, algunos más sobreviven o malviven emocionalmente en un centro que funciona al capricho y arbitrio de su dirección (que en muchas ocasiones, está tarada o no sabe cómo hacer o no dispone de ninguna habilidad social, o…).

[En esta defensa no entran los sinvergüenzas, vagos y aprovechados compañeros que lo han sido desde el primer momento, y que los hay y todos los conocemos]

Cuando un profe se ve arrinconado por la dirección de su centro, acaba anulado.

Cuando un profe se ve arrinconado por las familias, acaba castrado.

Cuando un profe se ve arrinconado por la dirección pero tiene el beneplácito de alumnos y familias, malvive e intenta disfrutar. Pero si la dirección es persistente (y lo he vivido y sufrido en mis carnes), acaba desistiendo. Y no vas a la inspección porque, normalmente, tienen la visión de dirección y tendrías que iniciar una lucha para la que no estás preparado. Y si eres funcionario público, te pides

Libertad para avanzar
Libertad para avanzar

otro destino y te marchas. Y así cada vez que tienes puntos, porque queridos… la cantidad de direcciones cerradas y taradas que hay en el mundo en ocasiones parece infinita, como el universo.

También he de decir que hay sitios en los que te encuentras equipos directivos maravillosos y que los errores que cometen son los propios e inherentes a la condición humana.

Aún nos queda mucho por avanzar y escalar en esta vida, como la chica de esta foto que vi en verano escalando.

 

Familias

Otro aspecto fundamental son las familias. Las familias, muchas de ellas, también fueron creativamente anuladas en su momento por el sistema. Y por sistema entendemos todo: educativo, social, económico, laboral… Y el que se escapó de aquello, luego fue sacrificado en el altar de la empresa. Es decir, que realmente pocas familias (aunque las hay y cada vez más) aceptan la creatividad, la innovación…

A principio de curso, normalmente, reúno a las familias de mis alumnos (aunque realmente vienen muy pocas) y les planteo el cómo doy las clases y mi forma de trabajar. Al explicárselo, lo aceptan y les parece genial. A algunas personas hasta les brillan los ojos o vienen depués a darte las gracias. Es como si, de repente, reconectaran con algo que tenían y que se fue apagando con el tiempo.

Esa sensación, para mí, es indescriptible.

Tenemos que fomentar más esta relación (cuando se pueda y la familia acepte) porque es lo que hace que las cosas fluyan de verdad. Porque solo manteniendo un intercambio de información y propósitos podemos llegar a acuerdos que serán vitales para la formación académica, educativa, emocional… de nuestros alumnos e hijos.

 

Alumnado

El alumnado viene ya tan rebotado de todo a secundaria que casi mejor dejo este apartado para un post nuevo que os traeré por aquí la semana próxima. Prometido.

 

Concluyendo

Pues eso, para terminar, recordar que hay una cantidad de profesores que, aún siendo fantásticos en otra época, de repente se fueron apagando y necesitan ayuda para volver a brillar como al principio.

Que debemos echarle cara y mandar al carajo (o a la santísima mierda, cada cual como vea más oportuno) a determinados directivos que nos hacen la vida imposible creyendo que eso forma parte de sus funciones. Habría que exterminarlos (en cuanto al cargo, no como personas).

Que el profesorado debe sentirse libre para obrar y crear libremente (y siempre que hablo de esto sabéis que lo apellido con «responsablemente», de lo contrario estamos ante un caradura).

Que hay que liquidar a los caraduras, con acciones, con palabras o con napalm (metafóricamente hablando, por supuesto).

Que hay que contar con las familias siempre que se pueda, porque, como ya le dijimos una vez a la seño de nuestras niñas: «en realidad sois vosotros, los profes, los que colaboráis con la educación de nuestras hijas». Mi mujer y yo somos los responsables y son los profes los que deben colaborar con nosotros, pero trabajando juntos, en equipo, en una línea igual o similar.

Que si el profe no puede o no sabe, se le puede ofrecer ayuda. Pero no se le puede llegar y dictar lo que tiene que hacer. Igual que a la familia. Igual que a los niños. Esto es igual para todos. Además, ya sabéis que al cerebro en cuanto se le ordena dictatorialmente algo o se le prohíbe… se da la vuelta.

Que hay que romper las cadenas que la sociedad económica de amigachos que controlan el mundo nos ha impuesto para que sigamos produciendo servilmente a nuestras expensas y para su propia comodidad. Que nos han vendido el estado de bienestar y ocultan el bienestar de los miembros del estado.

En definitiva…

Que detrás de cada persona hay un universo con su pasado y su presente y que desconocemos por completo

 

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