Siempre ha habido una expresión cuyo concepto me llevó mucho tiempo poder integrarlo en mi imaginarium literario e, incluso, vital para poder hacerlo mío: EUFEMISMO. Era un término que nunca entendía cuando era más joven. Mucho más joven.
Si buscamos el significado de esta palabra podemos encontrar diversas definiciones similares, aunque con diversidad de matices. Así, Google te dice que es una palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca (‘trasero’ es un eufemismo de ‘culo’); la Real Academia de la Lengua, muy por el estilo, nos dice que el eufemismo es la manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.
La wikipedia ya se nos va en un texto larguísimo en el que trata de explicarnos su significado, etimología, características y un sinfín de apartados más. Es cierto que en su origen, el vocablo eufemismo proviene del griego, significando “hablar bien”.
Hay miles de eufemismos en la vida, algunos, incluso, rozan el insulto, la blasfemia y la falta de respeto. No me refiero a nombrar el cementerio como camposanto o pasar a mejor vida en lugar de morir. Me refiero a hablar de daños colaterales en lugar de víctimas civiles, porque es un insulto para las víctimas y para el resto de la población, que como tontos hacemos nuestro el concepto y lo usamos como si nada; o mencionar el interrogatorio físico para eludir el término tortura; ya no tenemos guerras en pleno siglo XXI, tenemos intervenciones militares… ¡¡¡Ni siquiera hay feos!!!! Somos poco agraciados.
Sin embargo, en el aspecto educativo, hay un concepto que debería aparecer en todos los diccionarios a la hora de definir el eufemismo.
EUFEMISMO = AULA DE CONVIVENCIA
Digamos que es similar, comparándolo en el mundo de la medicina, al de falso positivo cuando queremos hablar de un diagnóstico equivocado.
En mis casi 20 años de docencia nunca me he topado con un concepto tan ambiguo, enrevesado y eufemístico como el del Aula de Convivencia. En casi todos los centros en los que he estado (y sé que hay centros en los que sí que funciona el aula de convivencia), dicha aula sigue siendo un aula de castigo, pero que no es políticamente correcto, pasamos al eufemismo, aportamos un término nuevo, más suave y decoroso, como dice la RAE, sustituimos a la otra expresión, más dura, grosera o franca.
Podría estar folios y folios hablando de esto, pero me parece hasta inútil. Sólo voy a dar unos breves comentarios e ideas. Pero eso sí, seamos honestos con nosotros mismos y con nuestros propios alumnos, no les enseñemos el eufemismo de esta forma, prefiero el ejemplo del culo y el trasero, la verdad.
El Aula de Convivencia debería cumplir con una serie de requisitos, con unos patrones o con un protocolo, pero, a la hora de la verdad, te expulsan a un alumno, te lo llevas y ahí que lo pones a trabajar la tarea que te manda el profesor que lo ha expulsado. Aunque sea la octava vez que lo expulsan en esta semana (y aún es miércoles). Salvo que tope con ese profesor o profesora que charla con el alumno, que le pregunta, le aconseja… al final suele ser algo más bien personal, sin protocolo ni leches. Hay un montón de fichas y de papeleo por rellenar y al final te lo saltas también. Rellenas los datos básicos y amén.
Lo ideal sería poder hacerle un seguimiento a es@ alumn@, continuado, con una tutoría individualizada, con un plan de acompañamiento… pero eso consume muchos recursos, mucha energía, y necesitaría de una inversión por parte de la administración (dinero para formar al profesorado, dinero para liberar horas y permitir ese trabajo, dinero para poder comprar materiales…). Vamos, que no compensa, que son más baratas las cárceles y las ayudas sociales que dedicar tiempo a este tipo de alumnos que, fruto de sus circunstancias, necesitarían otro tipo de ayuda y apoyo más allá del académico.
Es triste, pero en muchos centros este es el ejemplo de lo que es un eufemismo. Y en nuestra mano está la opción de cambiarlo y mejorarlo.
¿Vamos?
Si en tu centro funciona realmente bien, se hace un buen uso del aula de convivencia… por favor, déjame un comentario y cuéntame. Gracias.