Quería escribiros una breve entrada para comunicaros que el Centro del Profesorado de Málaga (CEP) me ha pedido que colabore con ellos en un ciclo de conferencias en torno a la enseñanza de la Lengua y la Literatura. Será…… el próximo mes de febrero, en Málaga capital.
Me siento halagado y, al mismo tiempo y en igual cantidad, soportando el peso de la responsabilidad.
La verdad que propuse varios títulos, pero se ve que el que más les ha atraído es éste que aparece: el de desmontar el sistema educativo. Sin duda un gran reto, porque no es fácil desmontar el sistema y no es fácil enfrentarse a este tema delante de 50 profesores (o de los que sean). Y no lo es porque muchos piensan que se les ataca, que se va contra ellos, contra su ser y, para nada es eso, nada más lejos de mis intenciones; se trata, simplemente, de dar pistas, porque el sistema habría que cambiarlo, al igual que ha cambiado la sociedad. Y esto que es de cajón para muchas personas, no lo es tanto para otras, no por nada, sino porque nunca se lo dijeron.
Además, volviendo al título,
así escrito, para mí, me da la sensación de aparentar algo agresivo, y en la conversación (porque cuando hablamos del título fue una conversación, en la que surgían ideas, propuestas, comentarios…) lo que yo pretendía era desmontar, pero con un sentido constructivo. Partiendo de mis errores y de mi, en ocasiones, vehemencia, lo que pretendo es construir un mundo mejor para mis hijas y para el resto. Y estoy firmemente convencido de que eso pasa por una serie de creencias, de observaciones, de aclaraciones, de objetivos, de emociones, de trabajo personal, de toma de conciencia, de apertura de mente, de cambios, de atención, de esperanzas, de… todo lo que quiera aportar cada uno en pro de este objetivo. Y no creo que pase por una mayor explotación, destrucción o machaque del personal en general.
Al final, todo estaba ya dicho en el Oráculo de Delfos.
Y ésa es la intención que tengo para este ciclo de conferencias. No esperéis más, pero tampoco menos.