Os propongo un juego muy casero, muy divertido y que puede fomentar la autoestima en tiempos del coronavirus y en cualquier tiempo del año.
Como parace que esta semanita santa el encierro va a ser muy diferente… aprovechad esto que mola mucho y puede tener rendimientos muy buenos en casa.
Si no recuerdo mal, yo lo aprendí hace unos quince años de mi querido Rafa Soto.
La tensión de casa puede relajarse un poco, el aburrimiento se dispersa, los ánimos se disparan, el pensar en si alguien me habrá escrito algo mientras dormía o me duchaba… de verdad que da mucho juego.
Este post será breve, porque el juego es tan simple como lo siguiente:
0. Lo suyo es que los particpantes tengan más de 3-4 años (en este caso, además, necesitarán ayuda, pero eso formará parte de la complicidad familiar). Si son un pocquito más mayores y ya saben escribir, mejor, porque de esta forma no necesitarán ayuda alguna.
1. Se coge un papel (folio, cuartilla… no valen postit ni algo que sea pequeños) por cada miembro de la familia que vida en casa.
2. Se encabeza con el nombre de cada uno por título. Cada cual que ponga el suyo propio (o se le ayude si aún no sabe escribir, pero entiende las cosas que se le digan) y que lo haga como quiera: con colores, a lápiz, con boli, con un dibujo…
3. Se colocan todos en algún lugar común, visible y asequible para todos.
4. A escondidas de los demás, hay que escribir todas las cosas buenas que se te ocurran de los demás. Sólo cosas buenas. Y no las escribas todas de golpe, porque se te pueden acabar las ideas en breve tiempo, jeje.
5. Hay que ser cuidadoso de que que no te pillen, pero también tener la picardía de no ir a fastidiar a nadie si sabes que hay alguien escribiendo en ese momento.
Notas:
- Lo suyo es en la nevera con un imán, en un corcho colectivo que tengáis para notas…
- Si vuestros hijos aún no saben escribir, pero no son bebés (y entienden lo que se les lle, por ejemplo), tenéis en bandeja una complicidad infinita, para que él os pida colaboración para escribir en el apel de otro. Es precioso este momento. Además, tendrési que leerle lo que se va añadiendo en su hoja. Ese momento susurrado de «papá, puedes escribirme en la hoja de mamá que…» Esto no tiene precio. Os lo digo ya.
- A lo mejor tienes 30 tacos y lo que pasa es que te ha pillado el confinamiento con tus padres. Pues también puede ser muy bonito. No dejes pasar esta oportunidad de acercamiento.
- Este juego no tiene fin. Y no lo tiene porque el fin lo ponés vosotros y porque lo mismo no tenemos fin diciéndonos cosas bonitas de cada uno.
Creo que de esto ya escribí un post en mi blog hace años… no estoy seguro, pero me ha parecido bien escribiros de nuevo (o no) sobre esto y que podáis disfrutar mientras estemos confinados.
Sólo te pido que si lo haces en casa y te apetece, me dejes por aquí un comentario sobre qué tal ha ido la experiencia. Insisto, sólo si te apetece, pero ya sabes que compartir es vivir, y así todos ganamos.
Con este sencillo juego quizás todos podamos volar un poco más alto y disfrutar de buenas vistas emocionales.
Además, te dejo aquí este otro juego que publique hace tiempo. Éste es sobre abrazos y, en esta ocasión, lo aprendí de Rosa Vilanova, de Las Jirafas Saben Bailar.
Oye, pues me ha parecido un juego genial! Lo probaremos, gracias!
Ya verás que es muy chulo!!!
Espero que os vaya bien con los cuatro!!
Ha sido un juego, muy enriquecedor para la familia
A veces no decimos las cualidades que tienen nuestros padres o hijos, lo que más destacamos de ellos, y de esta manera tan simple, hemos descubierto cosas muy bonitas que nos han llenado a todos de alegría y de motivación, Gracias profesor
La verdad que es un juego muy divertido, y además muy motivador.
Estamos deseando ir a la cocina y mirar la puerta del frigo. Muchas gracias Profe