prostituto académico?

Prostitutos de lo académico

Varios días me ha surgido alguna conversación en la que ha sido raro no haber comentado que somos prostitutos de lo académico. Sí, perdona la grosería, pero somos como putos y putas en el mundo de la educación… Si quieres, sigue leyendo y te cuento por qué esta expresión.

Somos prostitutos académicos, somos mercenarios culturales. No es un simple trabajo que cambiamos por dinero. No, es que nos dejamos abusar y degradar.

Hace un mes tuve la obligación (porque es de obligada asistencia bajo amenaza, de lo contrario, a saber si irían tantas personas…) de asistir a unas jornadas de formación para coordinadores de Igualdad, Coeducación…

Algunas de las quejas siempre son las mismas: no tenemos horas asignadas para hacer esta tarea, muchos compañeros pasan del tema, es difícil llevar a cabo ciertas actividades… Y el chico coordinador nos dijo que tenemos que empoderarnos ante los equipos directivos y ante los clasutros, que este tema hay que trabajarlo por ley, que es sí o sí, que necesitamos ponernos en nuestro sitio y hacérselo saber a los demas… blablabla…

En el primer descanso, bajé a hablar con él y le conté varias cosas…:

  • Que es muy fácil decir esas cositas bonitas, pero que cuando te empoderas y haces saber todo eso, si no cae bien, al año siguiente, te castigan con un horario nefasto, con una tutoría que no querrías ni muerto, con…
  • Que, a pesar de ello, sigues poniendo tu buena voluntad y disposición para realizar tu tarea, pero también es verdad que sigues haciéndolo a costa de tu tiempo libre, de tu tiempo con tus hijas, con tu familia… porque sigues sin tener un horario que te respalde para estas tareas.

Me preguntó que de qué centro era yo (como si esa información fuera realmente relevante para él o para la conversación que manteníamos…). Siempre te preguntan esto porque, o tienes lo que hay que tener y lo dices, o das por zanjada la conversación y te retiras. Normalmente, por miedo, suele ser la segunda opción. Sin embargo, esta vez decidí que no iba a ser así. Y le respondí, muy brusco, pero con una sonrisa: «del centro que organizó un desfile de las SinSombrero el curso pasado en delegación y tú viste sentado en primera fila». Y seguí contándole…

  • Que este año no iba a hacer el Plan de Igualdad. No lo pienso redactar ni recoger en ninguna parte. Y le aclaré algunas cositas respecto a mi centro y que no vienen al caso hacer públicas aquí y ahora.
  • Que no iba a rellenar la memoria final, que no iba a perder un tiempo que no tenía en papeles inútiles.
  • Que estaba harto de medallitas de todo el mundo por no hacer bien las cosas, por no pelearlas, por no ayudar a los que estamos día a día al pie del cañón.

Aquí volvió a interrumpirme para decirme que no fuera tonto, que con «ná» que hiciera y rellene, ya me dan los puntos, que no merecía la pena perder esa oportunidad.

  • ¿Qué puntos? Te refieres a los… ¿cuántos son? ¿0,5 puntos que dais para el concurso de traslados???? ¿Crees que estoy aquí por los puntos? ¿Crees que me hacen falta? El año que quiera concursar, me voy y ya está, no me hace falta esa miseria que dais. No me vais a comprar por unos puntos. Estoy aquí por convicción, por honestidad conmigo mismo y por compromiso con mi trabajo y con la sociedad. No me vengas con esas… ¿Medio punto? Yo debo andar por los 80 o 90 puntos… Conmigo no vayas por ahí.
  • Que sepas que no voy a hacer ni plan ni memoria. Si quieres que deje la coordinación, dímelo ahora y nos ahorramos tiempo los dos.

Me dijo que tenía razón…

Somos prostitutos académicos porque nos ofrecen una miseria de dinero, una miseria de puntos, una miseria en general para explotarnos. Y, por la inercia social maldita que no nos da tiempo ni a pararnos a pensar, nos dejamos explotar, nos dejamos abusar, perdemos nuestra dignidad profesional. Somos un contenedor sucio y raído. Ni siquiera somos mercenarios, como dicen algunos, porque los mercenarios suelen cobrar más…

 

Somos prostitutos porque así es como nos tratan desde la administración y hasta algunos de nuestros compañeros. Hay un claro mensaje de compraventa, de desprecio, de superioridad… que nos convierte en putas y putos de la educación.

Y eso mismo, inconscientemente, hacemos igual con nuestro alumnado. Metafóricamente, los obligamos a prostituir sus obligaciones a cambio de notas, de positivos, de no expulsiones… en lugar de fomentar la curiosidad y el disfrute.

Y esto está relacionado con lo que contaba el otro día dela subvención que no nos han dado por no prostituirnos con una web del centro… No hay web para fardar del pacto de estado, no hay pasta. Si te lo perdiste, puedes leerlo aquí mismo.

Y es que, al final, todo es lo mismo, un aparente escaparate brillante con maniquíes preciosas, un fondo muy bonito, una decoración encantadora… y todo mentira.

Este es el mundo que estamos construyendo. Hemos pasado del «una imagen vale más que mil palabras» al «mil imágenes valen mucho más que una acción»

Si ya estás cansado, descansa, deja de leer, lo que cuento a continuacción no es más que algo anecdótico.

El pasado mes de junio, justo antes de enviar el Plan de Actuaciones en el centro desde el Plan de Igualdad y Coeducación, me llega un correo del CEP (Centro de Formación del Profesorado) en el que me dicen que me contabilizan mi dedicación con 30 horas no presenciales.

Ésta es la mierda a la que a veces me refiero.

Primero, porque todo se contabiliza, absolutamente todo.

Segundo, y peor aún, porque tooodo, absolutamente todo, se mercantiliza.

Tercero, y último, porque ojalá hubieran sido sólo 30 horas… Que queréis que os diga. Pero es que nada más el desfile que organizamos fueron mucho más de 30 horas mías… y otras más de 30 de mi compi Aure, y no sé cuántas muchas más de mi otra compi, Rosa. Y a eso, habría que añadirle el día al día, las contingencias, los materiales, las búsquedas, las conversaciones de pasillo…

 

Sé que quizás el símil puede ser ofensivo para muchos, pero de verdad que, salvando las distancias, me siento forzado.

Si he ofendido a alguien, le pido disculpas, sólo quería manifestar mi sentir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *